Hasta cuando hay que amamantar es una decisión personal, que no se relaciona con la edad de lxs niñxs.
Socialmente, no está del todo naturalizado que un bebé que camina, come una banana, también tome teta. Existen muchos mitos alrededor de este tema, como por ejemplo, que la leche deja de ser nutritiva a medida que crecen. Lo cierto es que la leche materna se modifica como ninguna otra, satisfaciendo las necesidades del bebé en cada etapa del desarrollo.
El acto de amamantar, además, conecta a mamá y bebé emocionalmente a través de la mirada, el tacto, la palabra.
Por lo tanto, la lactancia puede durar lo que el deseo materno dure o hasta que el o la niño/a se destete solx.
No es la única instancia en la que se construye el vínculo entre mamá y bebé. Es importante que lo aclare, porque cuando dar la teta deja de ser una opción -muchas veces por recomendaciones erróneas que nos conducen directamente a la fórmula y la mamadera- aparece la culpa, la frustración, pensamientos como “no hice lo suficiente… “.
Busquen ayuda antes de bajar los brazos!
Pero si aún con acompañamiento, tampoco se lograran los resultados deseados, no olvidemos que siempre hacemos lo mejor que podemos, como podemos.
Y que independientemente de cómo alimentemos a nuestrxs crías, lo que prima es buscar una forma amorosa. Sin culpas.
